sábado, 17 de noviembre de 2012

"Por sus llagas somos sanadas"




Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por sus llagas fuimos nosotros sanados.Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. (Isaías 53:3-6Énfasis mio

El viernes pasado celebramos la culminación de nuestro grupo bíblico de otoño. Esta vez estuvimos examinando el libro de Efesios, a través del estudio titulado "Por sus llagas somos sanadas", traducción del libro en ingles "By His Wounds You Are Healed" de la escritora cristiana Wendy Horger Alsup.

Nuestro precioso Redentor se la lució al regalarnos una noche espectacular, en la que un suave viento otoñal acarició nuestros rostros; y el firmamento lleno de estrellas nos iluminó, mientras nos deleitábamos con deliciosos platillos, bellas alabanzas, participando de la Santa Cena, y compartiendo el gozo de nuestros corazones.

El grupo estaba formado por once hermosas damitas, quienes durante por casi tres meses — ¡como pasa el tiempo! — estuvimos explorando la carta del apóstol Pablo a los hermanos de Éfeso. Todos los martes nos reuníamos en mi casa. Y cada semana, en medio de los retos y ocupaciones, el entusiasmo y el regocijo era mas que evidente; tanto es así, que la expresión "estoy loca porque llegue el martes" en los textos, correos y llamadas, se hizo algo común. Era obvio, y además contagioso, el deseo de contarnos como nuestras historias se iban entrelazando con la historia de Dios. Y es que el verdadero discipulado cristiano ocurre cuando las vidas se interceptan con el propósito de caminar por un determinado tiempo, mientras aprenden juntas a confiar, imitar, y seguir al Maestro. Nosotras nos amamos, nos escuchamos, nos alentamos, y crecimos en gracia y en fe. ¡Eso es lo que hacen los discípulos de Cristo!

Pero mas allá de lo que estudiábamos, comíamos, llorábamos y reíamos, este tiempo fue fructífero y de gran significado porque desde el principio fue un grupo "seguro" — completamente centrado en el evangelio.

 ¿Y que es lo que hace que un grupo de creyentes sea emocional y espiritualmente seguro? Bueno, de entrada lo que implica es que cada persona tiene un entendimiento claro de las buenas noticias de Dios. Con esto, no estoy diciendo que las participantes del grupo teníamos mucho conocimiento de Biblia. Lo que quiero decir es que reconocimos que nuestro gran problema es nuestro PROPIO pecado y que admitimos nuestra gran necesidad del Salvador, quien estuvo dispuesto a ir a la cruz y tomar el trago mas amargo en la historia de la humanidad para redimir, reparar, y sanar aquello que nosotras no podemos tocar ni siquiera en la superficie. Es por eso que al acurrucarnos en la verdad del evangelio, pudimos aceptarnos tal cual, y ser honestas sobre lo bueno y lo malo de nuestras vidas. Pudimos experimentar seguridad al sentirnos escuchadas y comprendidas, porque entendemos que si estamos donde estamos, es por la gracia de Dios. Amigas que han comprendido el evangelio no tienen la necesidad de aplastar a las otras para sentirse que son mejores. Son conscientes que están sentadas en la silla que lleva el rótulo: "PERDONADA... POR GRACIA".

He querido compartir con los lectores de este blog parte de los testimonios expresados durante el tiempo del estudio, y en la noche de clausura.  Estos son algunos de los comentarios que testifican de la obra de Dios en los corazones de sus hijas:

Humildad para abrazar la verdad — "Efesios me ha dado una nueva luz, y humildemente he abrazado las nuevas verdades que Dios ha comunicado a mi corazón. Mi relación con el Señor se ha renovado, y deseo seguir creciendo en mi fe y en la verdad del evangelio. Le doy gracias a Dios por haberme traído a este grupo."  
Motivada por el amor y la gracia de Dios a hablar de Jesús — "El tener la seguridad que todas mis faltas ya han sido pagadas por Jesús en la cruz, me ha quitado un gran peso de encima. El pasado queda atrás para que sea Dios quien lo redima. Y estoy tan agradecida del amor infinito del Señor hacia mi, que he decidido vivir para él y para agradarle en todo... esa es mi meta diaria.  Ahora que comprendo que "la gracia" es favor no merecido, siento un profundo deseo de que TODOS los que me rodean conozcan al Jesús que me salvó sin yo merecerlo, simplemente por Su gracia." 
Fortalecida en medio de un avivamiento personal —"He tenido un nuevo reencuentro con mi Señor.  Se que hubiese respondido muy diferente a las inevitables pruebas y tropiezos que me han visitado durante este tiempo, de no haber tenido la estrecha intimidad que tengo ahora con mi Salvador.  Se que mi Dios es bueno siempre, y además me ama con un amor perfecto. Eso, aun en momentos de tristeza, me da la paz que sobrepasa todo entendimiento. ¡La llama de mi fe se ha encendido de nuevo!" 
Motivada a la obediencia y a la honra por la obra de Dios en el pasado eterno — "Cuando leí y comprendí que Dios, desde antes de la fundación del mundo ya me había elegido para ser Su hija a pesar de no merecerlo, todo lo referente a mi conversión hizo sentido — Entiendo ahora el porqué de mi llanto inexplicable al escuchar el evangelio, el sentirme tan mal conmigo misma, y ese deseo espontáneo de continuar yendo a la iglesia. Dios me había dado una nueva fe para confiar en él, y un nuevo Espíritu, quien me dio convicción de pecado y que ahora vive en mi. Yo estaba muerta, era un cadaver espiritual, y El eligió revivirme — ¡Wao, eso ha impactado tanto mi vida! Siento una gran responsabilidad de responder a ese amor y a esa acción por parte de Dios. ¡Estoy tan agradecida! y al mismo tiempo, un temor reverente como que se ha apoderado de mi ser. ¡He sido elegida por el Creador para pertenecer a su familia. Aleluya!" 
Motivada por su reconciliación con Dios a perdonar y a ser pacificadora —"En general, todo lo que he aprendido me ha dado una paz que no había experimentado antes, y ha traido humildad a mi corazón. El entender esas verdades fundamentales, ha logrado que yo vea mi vida con una perspectiva diferente. El evangelio y el saberme tan amada y aceptada por Dios, me ha ayudado a responder diferente a las dificultades de la vida. En tan poco tiempo, Dios ha usado mis respuestas pasivas para traer salvación entre los míos, ha empezado a sanar heridas, y ha traído reconciliación a relaciones valiosas y significativas.  ¡Que lindo es el Señor, no solo me ha reconciliado con El, sino que me ha ayudado a reconciliarme con otros!" 
Motivada por la fidelidad de Dios a obedecer y confiar gozosamente —"Lo cierto es que Dios es bueno, misericordioso y nos ama con un amor infinito, aunque sus caminos y sus pensamientos son mas altos que nuestros caminos y nuestros pensamientos.  El es soberano y todo lo sabe, por eso hace como quiere. Cristo desea sanarnos y liberarnos de las cadenas que nos atan, lo que pasa es que muchas veces nosotros nos empeñamos en guardar cosas en los closets mas oscuros y profundos de nuestros corazones. PERO DIOS, en su gracia, en la primera oportunidad que le damos, hace todo lo posible para ayudarnos a sacarlas y exponerlas a la luz, porque solo así El puede redimirlas y transformarlas en obras de la luz y en algo bello. El problema es que al comienzo duele, y le tememos al dolor.  Sin embargo, mi fe está firme especialmente al tener un mejor entendimiento y la confianza de que en la cruz, por sus llagas seré sanada". 
Fe y regocijo por el amor, perdón y aceptación de Dios —"Aunque soy una bebé espiritual, he comprendido que soy una nueva criatura, aceptada y perdonada por Dios, el Creador del universo. El pasado debe quedar atrás, y tengo la esperanza de que Dios se va a encargar de mi vida, de mi hogar y del mundo que me rodea. Ahora solo deseo agradarle y vivir una vida diferente, aunque tengo que confesar que no es fácil. Pero Dios me ama y me ayudará. ¡Que felicidad y que alivio!" 
Agradecida por la gracia y la provisión de Dios —"Si hay alguien que puede testificar de la bondad, el amor, y la gracia de Dios soy yo. Según el panorama que veían médicos humanos, yo no debería estar viva. Pero el Médico divino intervino porque sus planes eran otros.  El no solo salvó mi físico sino que usó esa fuerte tribulación para que yo respondiera positivamente a Su llamado y redimir mi alma, que es lo que a El le importa. Mi trayectoria ha sido difícil, pero precisamente por eso entiendo ¡qué tan grandioso y bueno es el Dios en quien yo he creído!" 
Motivada a responder en fe a las buenas noticias de salvación — "Cuando leo las lecciones, no es mucho lo que puedo comprender porque no estoy familiarizada con la Biblia, pero le he entregado mi corazón a Jesucristo para que de ahora en adelante El me guíe. Estoy segura que El me ayudará a entender. Yo creo que Jesús murió en la cruz por mis pecados y deseo conocer mas de El. He visto el gran cambio de mi hija, y sé que El lo va a hacer conmigo también... poquito a poquito" 
Motivada a esperar confiada en Dios —"Yo había estado orando a Dios para que aumentara mi fe. Entonces, me hablaron de este estudio y opté por asistir. Aquí he conocido lindas y amorosas hermanas, y el escuchar la clara exposición sobre la gracia de Dios me da libertad para esperar confiadamente en El. ¡Y eso es fe!.  He entendido que Cristo obra independientemente de mi, a su forma y en su tiempo, tanto en mi corazón como en el de aquellos a quienes yo tanto amo."  
El ver la transformación que puede lograr la verdad del evangelio, en mi misma y en los demás, definitivamente hace crecer mi fe y estimula el amor a Dios y a mi prójimo. Una vez más, el Espíritu ha hablado a mi corazón en forma fresca y profunda por medio de La Palabra y de los testimonios de tan preciosas hermanas. El impacto que ha hecho esta vez el estudio y el grupo, puede ser resumido así:
Creciendo en fe y siendo transformada a la imagen de Cristo — "Mis heridas nunca justifican mis malas acciones o actitudes. El reaccionar a ellas nunca lograrán curarlas. Solo cuando voy a la cruz y veo que ese era el lugar que me correspondía a mi, y que además el dolor de la separación con el Padre, cada golpe, y cada laceración que el Hijo recibió lo hizo para pagar por cada una de mis mentiras, indiferencia, idolatría, egoismo, arrogancia, etc...Es entonces cuando puedo esperar en Dios con humildad y disfrutar de verdadera paz. Es entonces cuando no tendré que manipular buscando la aprobación de los demás. Es entonces que tendré la libertad y el sentido de responsabilidad de perdonar. Es entonces que mi respuesta será... amar. Porque por Sus llagas somos sanadas."  Andreína 






















viernes, 12 de octubre de 2012

De testigo a abogada




...y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8b)

Hay ocasiones en las que creemos que estamos testificando sobre las buenas noticias del Evangelio, cuando en realidad lo que estamos haciendo es aconsejar y corregir, por lo general, con un pequeño sermón.

Déjame contarte lo que me sucedió a mi.

La compañía fumigadora con la que tenemos contrato, por los últimos tres meses ha enviado al mismo técnico. Usualmente, yo trato de ser cortés con todas las personas que vienen a mi casa a rendirme algún tipo de servicio, consciente de que al llamarme cristiana, estoy representando a Cristo y deseo dar siempre buen testimonio de El. Por lo regular, ofrezco algo de tomar, doy buenas propinas, y procuro entablar algún tipo de conversación con ellos. Con Eduardo, el fumigador, no ha sido diferente. De su vida personal, ya se que es cubano, que tiene dos hijos, que le encanta la comida de mi país, y que aunque dice creer que existe un Dios, no es seguidor de Jesucristo.

La semana pasada le tocó fumigar en mi casa. Después que terminó su trabajo, y mientras yo le hacía el cheque de pago, me hizo esta pregunta: "Señora Lopez, ¿a usted cuál candidato le gusta, Obama o Romney?"

No queriendo entrar en polémicas de política, y percibiendo una brecha que talvez me daría la oportunidad para predicarle el Evangelio, le di una respuesta corta y equilibrada. Le expresé brevemente sobre las deficiencias que veo en ambos candidatos; la agenda que me agradan y me desagradan de los dos partidos; y le hice la aclaratoria, que el voto es una cuestión personal y de conciencia, cuando lo vemos desde la perspectiva de Dios, quien esta en control de los que gobiernan.

Al decir esto, con tristeza y lágrimas en sus ojos Eduardo me dijo: "¿Que tiene que ver Dios con la política, cuando El se ha olvidado por tantos años de Cuba?"

Aunque en ese instante yo no le presté mucha atención, es obvio que toqué una fibra muy sensible de su corazón. Lamentablemente, su reacción también tocó una fibra en el mio, la del orgullo, que me llevó... de ser una humilde testigo de Cristo, a ser una arrogante abogada de Dios.

Inmediatamente traté de corregir su forma de pensar y le dije: "Estas insinuando, al cuestionar a Dios, que sabes mas que El, y que la situación de Cuba estaría mejor si fueras tu quien estuvieras en control."  En medio de mi argumento, el me interrumpió brevemente para decirme que el asunto de Cuba y el comunismo de Fidel separaba a las familias, y que él era una de las miles de víctimas que lo estaba sufriendo en carne propia.  A eso yo contesté que Dios sabia lo que hacia.  El joven fumigador, después de escucharme un rato mas en silencio acerca de que tan equivocada era su percepción de Dios, con su cabeza baja se atrevió a interrumpirme de nuevo para decirme: "bueno, puede que tenga razón, pero se me hace tarde y debo seguir mi ruta de trabajo"... y se marchó.

Al cerrar la puerta, mi hija, quién se había percatado de mi tono "efusivo", se limitó a decir: "¡Wao Mami, pobre hombre. ¡Cuanta intensidad!"

El deseo de darle a conocer la gloria de Cristo a mi prospecto discípulo, inicialmente estaba ahí. Pero en el momento que vi mi argumento atacado, me olvidé de testificar sobre la gracia y el gran amor del Hijo de Dios. Andreina, la hija de Dios, en vez de ser testigo viviente de su gracia y su amor, se convirtió en abogada del Creador — como si El necesitara de mi defensa o dependiera de mi pasión.

Pero ¿que fue lo que pasó?

El problema vino cuando YO sentí que se estaba poniendo en tela de juicio MI opinión. Me enfoqué tanto en lo que "YO" desea comunicar, que no me percaté del corazón lastimado que pude confortar.

Lo que usamos para testificar, nunca es tan importante como lo que nos motive a testificar. En este caso, cuando mis creencias sobre Dios se vieron atacadas, mi orgullo bloqueó mi sensibilidad para ver el dolor que le esta causando a Eduardo y a su familia su forzosa y triste separación. Mi enfoque se desvió, y lo que empezó con buena intensión de una genuina proclamación, terminó en una defensa sobre MI posición. El presentar las maravillosas nuevas del evangelio pasó a un segundo plano.  

Eduardo no necesitaba una reprensión por su errada percepción de Dios, es natural pues está en tinieblas. Eduardo necesitaba simplemente escuchar la verdad en amor del Evangelio, una voz de esperanza, y la oferta de que Jesús ha provisto para el y su familia cuidado, protección y salvación.

No es la primera vez que me sucede, y estoy segura que no será la última. Pero eso no me debe desmoralizar, porque yo no estoy siendo conformada según mis imperfecciones y deseos carnales, sino transformada según el humilde, sabio y dulce caracter de Cristo. Es el Evangelio precisamente que me hace libre del temor de ser ridiculizada o atacada. Es el Evangelio que me dice que no debo condenarme por mi ineficiencia al proclamarlo... Cristo no me condena. Porque no es mi elocuencia ni mi persistencia lo que producirá en una persona no creyente frutos de labios que confiesen Su nombre. Únicamente Su gracia puede dar un nuevo espíritu, un nuevo temor, una nueva fe y un nuevo corazón.

A traves de este episodio he podido recordar que el Evangelio no es un sermón, en el cual se explica como hemos sido perdonados para poder entrar en el cielo. No es un consejo, en el cual le debemos decir a la gente lo que están haciendo mal y como pueden corregirse.  No es una advertencia de que si no cumples la lista de mandatos divinos, no vas a ser bendecida, y al final, te vas a quemar en el infierno. Aunque el mensaje incluye el que somos perdonados. Aunque mientras lo proclamamos, podemos dar un oportuno consejo, o advertir sobre la horrenda existencia de una eternidad sin Dios. El Evangelio que los creyentes han sido comisionados a proclamar es otra cosa. El Evangelio son las BUENAS NOTICIAS, para ser anunciadas por personas imperfectas como yo, de que gracias a la obra de alguien perfecto llamado Jesús, podemos tener comunión con Dios, y la esperanza de un día poder disfrutar la gloria de Cristo a plenitud. (2 Corintios 4:4)

Es mi oración que el Señor, a su manera y en su tiempo, le permita a Eduardo escuchar su invitación de entrar por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; que el desee alabarle y bendecir su nombre. Porque el Señor es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones.
(Del Salmo 100: 4-5)









lunes, 8 de octubre de 2012

En guerra

Antes de disponerme a escribir esta entrada, busqué en Google una imagen bajo la palabra "discipulado", que ilustrara el caminar del creyente, y esta es una de las primeras que aparecen.

¿Transmite mucha paz, verdad? Ya quisiera poder  yo transportarme a un lugar así, en vez de tener que enfrentar la realidad de mis días. Yo no quisiera tener que expresarle hoy mis desacuerdos a mi esposo en cuanto a tal o cual decisión. O tener que ir al médico porque no me he sentido bien. Si pudiera, escaparía al tener que confrontar a mi amiga sobre su tóxica relación. Y ¡que daría yo por no tener que pasar un mal momento amonestando a mi hija! Me encantaría poder decir que este paisaje describe mi vida. Que siempre ando tomada de la mano de mi esposo, disfrutando del olor de la tierra por un camino campestre, desolado, tranquilo, y sin las abruptas intersecciones que remuevan mi terrenal estadía... ¡Que rico!

El problema es que, si la imagen que nos hacemos de nuestro caminar como discípulos de Jesucristo, es una serenidad, quietud y tranquilidad perpetua, lamentablemente no estaremos preparados para la vida que Jesús nos ha llamado a vivir.

En el estudio bíblico de los martes que se realiza en mi casa, acostumbro a preguntarles a "mis damitas" como han pasado la semana. Este martes Nati, una de ellas, repondió sabiamente, "¡En guerra!". Eso me impactó, me encantó y me inspiró a escribir.  Efectivamente, Dios nos ha revelado en su Palabra que la vida de sus discípulos es estar en guerra constante. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo: "Pelea la buena batalla de la fe" (1 Timoteo 6:12). En otras partes, la vida Cristiana es descrita como una batalla (Efesios 6), o una larga y ardua carrera (1 Corintios 9).

Si bien es cierto que Dios provee a sus seguidores con "una paz que sobrepasa todo entendimiento" (Filipenses 4), esa no es la historia completa. Dios también nos dice que aparte de las guerras entre naciones, entre relaciones familiares, entre jefes y trabajadores, y entre amigos, se lleva una guerra mas profunda y fundamental; una guerra que libramos todos y cada uno de los discípulos de Cristo diariamente. La razón por la que no se comenta de ella, es porque aún cuando arrastramos muchas víctimas, este tipo de guerra nunca llega a los titulares, mucho menos a los noticieros.

A lo que Dios se refiere es a la batalla interna que debaten constantemente mi carne y Su Espíritu por adueñarse de mi corazón. Eso sucede cada vez que mi deseo se transforma en pasión y luego se convierte en demanda. Por ejemplo, YO deseo  demando  llegar a la tienda a las 10:30 de la mañana. Al encontrarme con un tráfico pesado que me lo impide, me pongo furiosa... de mal humor. Encuentro que todo me queda mal; y encima, le hablo mal a la cajera. El problema viene porque no se me cumple mi deseo de llegar a la hora que YO he establecido. El intenso impulso de cumplir mi propia voluntad, ignorando la soberanía de Dios, y el contraste del ferviente anhelo del Espíritu de cumplir la voluntad de Dios, provoca el "tira y hala". El Espíritu aspira producir en mi su fruto de amor, paz, gozo, paciencia, etc., que es lo que deleita al Padre y al Hijo. Es un combate constante entre mi reino y el reino de Dios. Un ataque directo al Creador, Señor y dueño de todo, que hace como quiere.

Santiago describe este tipo de conflicto interno haciendo esta pregunta retórica:
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? (Santiago 4:1)
Y Pablo explica su propia lucha así:
18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mi, pero no el hacerlo... 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;       23  pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.  (Romanos 7:18; 22-23)
A mi, por ejemplo, me fascina la idea de tener un compañero amoroso y fiel, pero no siempre quisiera tener que contar con él para hacer lo que YO quiero. Mi mayor anhelo es tener una linda relación con mi hija adolescente, pero no me gusta tener que dejar lo que estoy haciendo cuando ella viene a mi a contarme algo que YO considero irrelevante... aunque obviamente para ella sea importante. Mi esperanza es tener salud y buena calidad de vida durante mi vejez, pero hoy YO quiero comer lo que le agrada a MI paladar, aunque no sea conveniente para mi cuerpo. Todos sabemos la importancia del ahorro, pero es que hay miles de cosas que YO deseo darme el gusto de tenerlas. Estoy consciente de mi necesidad y responsabilidad de congregarme con otros hermanos, pero en muchas ocasiones ¡Como me gustaría quedarme durmiendo horas extras y descasar en casita, la cual YO disfruto tanto!

En otras palabras, la creación (YO) lucha contra el Creador para apropiarse del ser interior (el corazón). Es una competencia "magna" entre el reino de la carne y el Reino del Espíritu, tratando de establecer su trono en mi. Dependiendo de a quien yo me someta y me rinda, ese controlará mi corazón; será lo que dicte mi conducta, y si se hará la voluntad de la reina Andreína o la voluntad del Dios Rey.  Al final, la suma de los días será lo que marque no mi destino final, pero si la trayectoria de mi vida. Así es el caminar del cristiano... "en guerra", como dijo Nati. Nuestros enemigos principales no son otras personas. Nuestro enemigo implacable es nuestro propio pecado, esto es, nuestros deseos y pasiones carnales.

Y ¿Que tal de las influencias culturales y sociales? ¿Que me dices de las artimañas de Satanás? Pues te diré que ambas sirven de municiones para la carne, y las debemos desechar para evitar nuestra propia destrucción.

La vida cristiana es una batalla por la fe. O le creo a Dios que lo que él ha hecho, lo que está haciendo y lo que hará es perfecto y motivado por su gran amor, dejando que eso dicte el hacer su voluntad. O le hago un sabotaje a mis pensamientos y hago lo que quiero, poniendo mis deseos por encima de los deseos de él.

Es cierto que el vivir en medio de una constante batalla no se siente como algo bueno, en el sentido de que cualquier lucha siempre va a representar peligro. Sin embargo, el evangelio me dice que mi lucha es buena porque eso significa que estoy VIVA. Los muertos espirituales no se inmutan, son insensibles a los desafíos del mundo espiritual. Además, Dios me dice en su Palabra que aunque tenga pérdidas en el camino, mi victoria final ya está asegurada, gracias a la perfecta obra a mi favor de Jesús en la cruz.

Llegará el tiempo en que no tendremos que luchar más, no tendremos que esperar más, y el perfecto amor reinará. Nuestros mas profundos deseos serán plenamente satisfechos por nuestro Rey, porque solo él reinará en nuestros corazones. Pero por ahora, mientras estemos en este lado del cielo, podemos enfrentar nuestras luchas sin temor. Recordemos que no estamos impotentes... contamos con el poder del Espíritu. No estamos indefensos... tenemos la espada de La Palabra. Al sometemos a Dios confiadamente, el ejército satánico huye de nosotros. No batallamos solos... el Espíritu de Cristo está en nosotros.

Por consiguiente, en medio de nuestras tentaciones y batallas podemos decir confiadamente...

 "Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece" (Filipenses 4:13).





domingo, 16 de septiembre de 2012

Embajadores en medio de la turbulencia



"Así que, somos embajadores en nombre de Cristo..." (2 Corintios 5:20)

Después de un tiempo de ausencia aquí en mi blog, estaba súper deseosa de retomarlo para escribir y compartir lo que el Señor continúa haciendo en mi vida. Gracias por tu visita.

Unas semanas atrás, la líder del "Ministerio De Mujeres En Prisión" de la iglesia donde mi familia y yo nos congregamos, me llamó para pedirme que compartiera un devocional corto durante una reunión que teníamos de dicho ministerio. Al día siguiente, mientras pasaba tiempo con el Señor, leyendo en 1 Corintios 5, me llamó la atención la palabra "embajadores". Esto quizás porque días atrás, me había encontrado con una compañera de la escuela primaria, y quien es hija de un ex-embajador de Chile en mi país. 


Con las vivencias de mi niñez a flor de piel, y después de reflexionar sobre que tan similar eran los papeles de un embajador terrenal y un embajador de Cristo, consideré apropiado el hacer un paralelo entre los dos, y esto es parte de lo que compartí en la reunión.


(Ellos) Embajadores terrenales y (Nosotros) embajadores de Cristo

1.  Ellos son elegidos por un líder del gobierno y llamados a hacer brillar a su país. 

1.  Nosotros somos elegidos por Dios y llamados a brillar para invitar al Reino de Dios. 


2.  Ellos representan a su país y a su líder.

2.  Nosotros representamos a nuestra ciudad y al Rey que gobierna nuestras vidas. 

3.  Ellos se rigen bajo las leyes establecidas del país al cual están representando.

3.  Nosotros nos regimos bajo las leyes establecidas del Reino de Dios.


4.  Ellos son ciudadanos del país que representan, no del país donde están.

4.  Nuestra ciudadanía esta en los cielos, no es terrenal. 


5.  Ellos ven sus vidas bajo una perspectiva del lugar de donde vienen.

5.  Nosotros vivimos bajo una perspectiva de la eternidad, el lugar hacia donde vamos.


6.  Ellos se mantienen bien informados sobre todo lo que tienen que ver con el gobierno y          su pueblo. 

6.  Nosotros nos mantenemos bien informados sobre el Reino de Dios y Su pueblo.


7.  Ellos como embajadores tienen acceso a una porción de las riquezas de país.

7.  Nosotros como embajadores e hijos somos coherederos de la herencia con Cristo.


8.  Ellos gozan de inmunidad diplomática.

8.  Nosotros gozamos de inmunidad espiritual. No hay condenación para los embajadores de Cristo.


9.  De ellos se espera un alto grado de diplomacia, generosidad y compasión en tiempo de conflicto y necesidad en el país donde están.

9.  De nosotros se espera un alto grado de gracia, amor y compasión donde quiera que estemos.


10. Ellos son llamados a reflejar la belleza de su país con el propósito de invitar al resto del mundo.

10. Nosotros estamos llamados a reflejar el carácter de Cristo, con el propósito de invitar al mundo a que entren en el Reino de Dios.

Dias después, escuchamos sobre la triste noticia de que el embajador de Estados Unidos en Libia, Chris Stevens, había sido golpeado y asesinado junto a tres personas mas que también trabajaban en la embajada. En seguida me pude dar cuenta, que en mi devocional me había faltado un detalle de suma importancia. Igual que los embajadores terrenales, los embajadores de Cristo tambien debemos estar dispuestos a morir mientras servimos. Sin embargo, Dios no nos pide nada que ya su Hijo no haya hecho. El también fue enviado por el Padre a tierra lejana a representar a su país celestial. Y mas aún, ya destinado a ser sacrificado en un madero por los mismos a quienes él habría de salvar. 

Galilea, fue la ciudad que vio nacer el ministerio terrenal de Jesús, nuestro Gran Embajador. En ella, al igual que Libia, lo que menos reinaba era la tranquilidad. Entre las ciudades de la región existían recelos y desconfianza, y cuando Jesús llegó anunciando que "el Reino de Dios" había llegado, su mensaje no fue recibido como "buenas noticias". Sus ideas eran revolucionarias, pero un tanto inusuales y comprometedoras. El ancla que le daba validez a su mensaje eran actos de amor y manos sanadoras. El levantaba paralíticos y le daba la vista a los ciegos. Calmaba tormentas solo con decir "calla, enmudece", y alimentaba a miles con unos cuantos panes y peces. Sacaba fuera demonios; y en sus batallas, usaba a la perfección su armadura. Su mensaje siempre fue claro: No hay otro Rey ni otra forma de obtener vida fuera de él. La batalla que se libra en su Reino es por la sanidad y la liberación del alma. Las armas principales son la oración y el ayuno; y su agenda es la verdad, la fe y el amor.

Hoy, el Gran Embajador nos ha llamado a seguir su tarea, mientras él sigue ganando influencia. La comisión para sus discípulos: Ser embajadores en medio de la turbulencia.  La misión es llevar la luz de su Reino a toda criatura que se encuentre en tinieblas; pelear su batalla con sus armas y su agenda; y compartir su amor con palabras y hechos, para que el mundo sepa que Jesús es el Rey verdadero, Dador de gracia, Gobernador y Juez de la tierra. 







viernes, 29 de junio de 2012

Descanso


 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yos haré descansar 
Mateo 11:28.

Hoy, mi familia y yo iniciamos una semana de vacaciones, para lo cual mi esposo rentó un apartamento en la playa. En estos últimos días, en los que he tenido momentos que me he sentido verdaderamente extenuada, una estadía de una semana frente al mar suena maravilloso. Me ilusiona en gran manera el ir a descansar.

Para el fin de semana pasado estaba súper entusiasmada, porque se acercaba el momento de un viaje a Orlando que teníamos mi hija y yo. Íbamos a asistir a una conferencia de mujeres, y el pensar en el descanso que iba a disfrutar, me daba fuerzas para continuar con mis quehaceres y todos los pendientes que tenía. Soñaba despierta en coger carretera, y alejarme a “reposar”, desconectarme de Miami, y de la abrumadora rutina diaria. El problema es que lo que menos pudimos hacer fue descansar como yo soñaba. El programa fue mucho mas intenso de lo que nos imaginábamos. Entonces, cuando una regresa y se enfrenta a los mismos ajetreos diarios, la frustración y el descontento se presentan como visitas que llegan sin que nadie las invite.

Pero esta vez, Dios se ocupó de recordarme donde y como encontrar ese descanso que tanto deseo, busco y espero. Veo las palabras de Jesús que dicen: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”

Estoy consiente de que debo poner atención tanto a mi fatiga física como a la espiritual. Yo creo que van mano a mano. Por lo general, cuando nos agotamos físicamente es porque estamos haciendo mas de lo que Dios nos esta pidiendo; llevando cargas que no nos pertenecen; o las que debemos llevar, lo estamos haciendo en nuestras propias fuerzas. ¿La raíz del porque tenemos la necesidad de probarnos con nuestra actuación y rendimiento? Es la falta de fe. El evangelio nos dice que solo el Hijo (Jesús) satisface al Padre; así es que a Dios no lo podemos impresionar. Y si nuestro afán es para agradarnos a nosotros mismos y sentirnos grande o importante, o para impresionar a alguien mas (aún para nuestros esposos y nuestros hijos), eso es idolatría. Debemos agradar a Dios antes que a los hombres, y sin fe no podemos agradarle (Hebreos 11:6).

Yo me alegro de haber leído ese versículo antes de irme a la playa. De esa forma no tendré falsas expectativas, esperando que unos días en otra casa con una vista diferente, me de lo que solo Jesucristo puede darme. En la promesa de que en él encontraré descanso, ahora puedo intencionalmente buscarle durante mis vacaciones. Después de todo, él es Señor del día de reposo (Mateo 12:8  Lucas 6:5). Para eso el fue a la cruz, para proveer a los creyentes el descanso que necesitamos (Hebreos 4). En Cristo, he sido aceptada por Dios, no en base a mi propio rendimiento, sino en base al perfecto rendimiento de Jesús.

Mientras me deleito y descanso en la presencia de mi Salvador, y escucho su dulce voz por medio de su Palabra, trataré de disfrutar durante esta semana de cada momento como venga. No demandaré de mis vacaciones lo que yo se que no me pueden dar. Pienso gozarme en la compañía de mi familia, aún cuando se presenten intersecciones inesperadas. Trataré de aprovechar al máximo la estupenda vista de nuestro balcón. Durante los paseos mañaneros por la blanca arena, mientras la cálida brisa y las tibias olas acarician nuestros cuerpos, podré recordar que la tierra fue afectada por la caída, pero no destruida. Y cada vez que mis ojos se encuentren con el majestuoso mar, será una oportunidad para alabar al Creador y conservador de su creación. Descansaré libremente en mi Señor, quien tiene cuidado de mi.

 Salmo 148:4-14
Alabadle, cielos de los cielos,
Y las aguas que están sobre los cielos.
Alaben el nombre de Jehová;
Porque él mandó, y fueron creados.
Los hizo ser eternamente y para siempre;
Les puso ley que no será quebrantada.
Alabad a Jehová desde la tierra,
Los monstruos marinos y todos los abismos;
El fuego y el granizo, la nieve y el vapor,
El viento de tempestad que ejecuta su palabra;
Los montes y todos los collados,
El árbol de fruto y todos los cedros;
10 La bestia y todo animal,
Reptiles y volátiles;
11 Los reyes de la tierra y todos los pueblos,
Los príncipes y todos los jueces de la tierra;
12 Los jóvenes y también las doncellas,
Los ancianos y los niños.
13 Alaben el nombre de Jehová,
Porque sólo su nombre es enaltecido.
Su gloria es sobre tierra y cielos.
14 El ha exaltado el poderío de su pueblo;
Alábenle todos sus santos, los hijos de Israel,
El pueblo a él cercano.
Aleluya.

jueves, 28 de junio de 2012

El "creer" de los demonios y los cristianos


Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. Santiago 2:19


Es fácil sentarse a escuchar un sermón, o leer un libro, y pensar que porque hemos entendido lo que hemos escuchado o lo que el autor ha escrito, ya con eso crecemos y nos acercamos a Dios. Después de todo, conocimiento y entendimiento son partes esenciales de la fe Cristiana, tanto así que el apóstol Pablo lloraba por su gente israelita pues tenían celo de Dios, pero carecían de conocimiento (Romanos 10:1-2). Sin embargo, creer en Dios es más que aprobar con nuestra mente que él existe. Como dice Santiago: “Tu crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen y tiemblan." En otras palabras, los demonios "creen" que Jesús es el Señor, pero ese conocimiento no los lleva al arrepentimiento. Su creer no hace que ellos cambien su manera de vivir.

Antes de mi conversión, yo decía “sinceramente” que creía en Dios... pero estaba “sinceramente” equivocada. Consideraba que cuando una persona hablaba de Dios y demostraba cierto respeto a su nombre, automáticamente eso tenía mérito ante él y ante los demás. Además, yo había crecido entre monjas, yendo a la iglesia, y escuchando de figuras religiosas como Jesús, San Pedro, la virgen con diferentes nombres (María, Altagracia, Guadalupe, etc.).  Al igual que millares de personas, yo pensaba que eso era “creer” en Dios. Por ejemplo, la ecuación sobre "creer" que yo concebía en mi mente era la siguiente:

Moral + dios (el que me contaron desde niña) = 
 Buena persona (con derecho a ser aceptada y bendecida por ese dios)

Hace unos años escuché a mi pastor explicar la diferencia entre el creer como dice La Escritura y el creer como los demonios. El dijo: "Yo creo que Fidel Castro es el gobernante de Cuba y que es comunista, pero ese creer ni me hace cubano ni me hace comunista. Para que alguien sea un comunista cubano, necesita nacer en cuba o ser descendiente de cubano, y seguir el comunismo porque confía en su líder y en su sistema". Esa analogía me ayudó mucho a comprender el "creer"  bíblico.

La fe Cristiana, es más que el simple reconocer que Dios existe y que Jesucristo murió en la cruz por los pecados de la humanidad. Es más que presumir que una posición de buenos valores y buena moral puede lograr que Dios bendiga y ayude a salir de apuros. La verdadera fe es una profunda y persistente confianza que depende y se aferra a la realidad de que Jesús es Dios, Señor y Salvador... que él reina, gobierna y sabe como hacerlo a la perfección. Es la certidumbre de una esperanza viva y la convicción de una realidad que no hemos visto (Hebreos 11:1). Verdaderos creyentes son aquellos quienes atesoran a Dios, y que buscan vivir intencionalmente, llevándose de lo que él dice en Su Palabra no solo para tener mero conocimiento, sino para llevarse de ella y obedecerla. Como escribe Santiago “La fe sin obras es muerta. El hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe” (Santiago 2:17, 24). 

Sin embargo, Pablo dice que somos justificados por fe solamente. ¿Contradice Santiago lo que Pablo afirma? Por supuesto que no. Santiago trata de mostrar como luce la fe que santifica, que transforma.  Es decir, somos salvos solo por la fe, por creer. Pero esa fe no solo tiene un componente, sino que siempre va acompañada del intenso deseo de conocer y agradar a Aquel quién lo dió todo. La fe que responde al llamado del Salvador mueve a la acción, en profunda gratitud por el alto precio que él pagó. Esa es la fe del creyente.

Mi intención con esta reflexión no es que pongas en duda tu fe o la de los demás. Tampoco el que intentes inyectar "verdadera fe" en los otros. La Salvación es del Señor (Salmo 3:8 ; Salmo 37:39; Jonás 2:9). Nosotros no podemos hacer que nadie crea, ni siquiera nuestros esposos o nuestros hijos. Sino que el entender la verdad produce libertad. Dios es quien da la fe que salva, y esa fe es la que nos hace justos ante él, no porque nosotros somos justos, sino porque nuestro Rey, quien ha pagado con su propia sangre y nos redime, es justo. Y esa misma fe también santifica por medio de la Palabra, porque su Autor transforma la mente y el corazón de aquellos a quienes el redime. 

Oración  |  Señor, ¡tu reinas! sobre los creyentes y los no creyentes. Pero al final de los siglos, TODA rodilla se doblará ante ti y dará reverencia ante tu trono. Sin embargo, hasta que eso suceda, con el poder de tu Espíritu, nosotros te proclamamos con palabras y hechos. Ayúdanos a creer en ti y a creerte a ti. Enséñanos a amar con tu amor y a vivir dando de la gracia que tu nos has dado, y así dar testimonio de tu Reino, para reflejar tu luz y atraer a los que a nuestro rededor viven en tinieblas. Amén.



martes, 5 de junio de 2012

El amor es...Parte 3 de 3




Parte 3 de 3


1 Corintios 13:1-13

Hay muchas escenas en la Biblia que son como photografías, que nos muestran como luce en la práctica el amor biblico. Pero Dios no quiso dejar ningún margen para dudas, y se aseguró que su definición estuviera clara para toda su iglesia.  En el capítulo 13 de la primera carta a los Corintios, el apóstol Pablo, con toda firmeza y al mismo tiempo con gran dulzura, puntualiza lo que es el amor.  

Estos hermanos de Corintios tenían dos problemas, por lo que Pablo los amonesta y exhorta en el capítulo 12. Algunos se sentían inútiles (v.14-20), mientras que otros se sentían auto-suficientes (V.21-26). La razón de estos sentimientos se debía a que su enfoque estaba centrado en sus dones y talentos. Tanto era la demanda por ser “el mas”,  que se manipulaban unos con otros, y se engañaban ellos mismos en forma pretenciosa. Su valor personal estaba basado en qué tanto impresionaban a los demás con su "servicio" y  "espiritualidad", en vez de ser reafirmados en su nueva identidad “en Cristo”. Esto trajo como resultado división y confusión, amenazando la unidad de esta comunidad Cristiana.

Pablo entonces, los amonesta dentro de la perspectiva correcta; y en el capítulo 13 encontramos que él les aclara:
 “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.” (v. 1)
  “Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.” (v. 2)
 “Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.” (v. 3)
Mientras leo estos versículos escucho la voz del Señor diciéndome: “Andreina, te doy estos principios porque se que tu amor humano es limitado, con imperfecciones y manipulaciones. Yo deseo enseñarte a que te relaciones con los demás con Mi amor en vez del tuyo propio."
“Mira…podrás hablar bonito, tener facilidad de expresión, y hasta tener la habilidad de comunicarte en varios idiomas; pero si no amas a quien te estás dirigiendo, tu mensaje no surtirá ningún efecto.” (v.1)
Elocuencia – Amor = Ruido molestoso (bla, bla, bla)
“Sin amor, no eres nada., y tu servicio al mundo es inútil y sin significado eterno ante Mis ojos. La forma en que Yo juzgo todas tus obras es por las intensiones de tu corazón. Yo sé y veo la realidad de tu amor – el porqué, cómo, y para qué lo expresas”. (1 Cor. 3:10-15) (v. 2)
Dones – Amor = Nada
“Tu sacrificio, conocimiento o influencia no tienen ningún significado si carecen de amor. Solo una cosa es necesaria para que todo lo demás tenga un verdadero valor – amor- y nada más lo puede reemplazar.” (v.3)
Obediencia – amor = Pérdida

Y en los próximos diez versículos, podemos leer la más clara definición del  amor que palabras puedan expresar.
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
10 más cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. (V.4-13)
 Yo continúo escuchando la voz de Dios que me dice:

"Andreina, nunca te canses de leer y llevar a lo mas profundo de tu ser esta explicación de lo que Yo digo es el amor." 

V4 – El amor esta dispuesto a sufrir por el otro. Cuando amas, tomas la decisión de ser bondadosa, porque el amor es desprendido y no calculador. El amor no envidia las bendiciones del otro (talentos, aptitudes, fortuna, dones, físico, logros, etc.). No es crítico ni jactancioso sino restaurador y humilde; no alardea ni se vanagloria ante el otro. No se envanece. No se endiosa. No hace sentir inferior al otro.

V5 – El amor no manipula y no involucra al otro en nada indebidoNo es egoísta, busca siempre el bien del otro. No es tosco, ni grosero. Actúa sin rudeza. No guarda rencor, no le recuerda al otro la ofensa ni se la cobra.

V6 – El amor no es injusto, no muestra favoritismo, no atropella al caído a quien esta en desventaja. Más se goza en decir y actuar siempre en la verdad, sin transigir por conveniencia.


V7 – El amor esta dispuesto a pasar por sufrimiento por el bien del otro. Resiste y sobrelleva con paciencia lo insoportable del otro. Todo lo cree, siempre da el beneficio de la duda. De entrada no piensa mal del otro, no tiene prejuicio, no pretende saber las intensiones del corazón de la otra persona. No se adelanta a elaborar juicio pretendiendo saber los propósitos. No acusa sin pruebas evidentes. El amor todo lo espera, porque la esperanza está basada en el poder y la  soberanía de Dios, no en la persona amada. El amor esta dispuesto a soportar, a tolerar y a ser paciente con el otro.


V8-13 – El amor nunca deja de ser porque es eterno. Cuando esto que vemos ahora se termine porque habrá cielo nuevo y tierra nueva (2 Pedro 3:13)  conoceremos todas las cosas tal y como son (Apoc. 21:3) (Apoc. 22:4). La fe y la esperanza no serán necesarias porque no habrá nada que desear, que aguardar o que suponer. Lo único que prevalecerá es el perfecto amor; cuando estemos finalmente en casa bajo la autoridad y cuidado de nuestro Padre…por la eternidad.


Andreina L.

El amor es... Parte 2 de 3



El Amor Es...  1 Corintios 13:1-13

En la quietud de Su presencia, he empezado a apreciar la belleza del amor divino y eterno del Dios Trino. He podido comprender un poco su sumisión y entrega – El Hijo al Padre, el Espiritu al Hijo, el Padre al Hijo y así sucesivamente. Su gozo en darse el bien el uno al otro, y su invitación personal a compartirlo, derrite mi corazón por completo. El pensar que yo tenga el potencial para amar con un amor semejante, aun dentro de mis imperfecciones, es inconcebible. Pero mientras más escucho el susurro de Dios cuando me llama “hija amada”, más crece el deseo de hacerlo realidad en mi. Lo que me conforta es el saber que he sido recipiente de un nuevo corazón, suficientemente sensible como para que yo pueda experimentar el amor sobrenatural de mi Redentor. 

Sin embargo, mi carne me traiciona. Mis emociones, las demandas de atención, y mis deseos de conseguir lo que quiero me atraen de nuevo al “amor” sentimental y emocional. Me duele cuando me mal interpretan, me ignoran o si tropiezo en la búsqueda de lo que deseo. Y es ahí cuando el sentimiento que siempre asoma es ese que se enfoca en mi misma. El afecto que me sale natural es el que es capaz de brotar solo cuando se siente correspondido, y que amenaza secar las últimas gotas del nuevo amor incondicional que recibí en el momento de mi salvación.

Pero he llegado a entender que el llamado de Dios para mi vida no es que trate arduamente con mi propia provisión de afectos parecidos al amor, sino que esté más consiente de la suya, que es verdadera e inagotable.  Y es precisamente en esta aventura de aprender a amar con ese nuevo amor de Dios, que he empezado a identificar lo que no es el amor.

No es amor…
El estar enamorada. Estar encaprichada. Fuera de control emocionalmente…“No me puedo contener” “Me pongo como loca cuando estoy contigo”.
El romanticismo y el sentimentalismo… “Nuestro amor es un amor libre, de adolescente” “Se que me hará feliz toda mi vida porque me escribe poemas y le encantan las baladas”
No es amor…
Evaluar al otro dentro un criterio externo… “Del 1 al 10, ella es un 11” “Los nuevos vecinos lucen gente bien, debemos acercarnos y establecer una amistad con ellos”
El egoísmo... “Me caso porque se que él va a satisfacer mis necesidades más profundas” “Con su amistad me podré dar a conocer y me aceptarán” “Con ella podré realizarme”
Necesidad de satisfacción… “Ahora siento que tengo un lugar en este mundo” “Me hace valer” “Compartimos los mismos intereses” “Nos gusta la vida emocionante y de retos divertidos” “Sin esa persona estaría perdida” (identidad)
No es amor…
Querer tomar ventajas del otro… Edad, tamaño, raza, apariencia, intelecto, madurez emocional o espiritual, estatus o destreza social, lugar de autoridad, superioridad financiera, etc.
Permitirlo todo... "Pronto cambiará" "Es que ella es así" "Si él no hubiese sufrido tanto desde pequeño" 
Ocultar la verdad o mentir... "Debemos ocultarle la verdad para que no se preocupe" "No le diré la verdad para no hacerla sufrir" "Tendremos que mentir para poder hacer el trabajo que nos ha encargado Dios". Dios es verdad en esencia. El es la fuente de verdad y la verdad no se contradice en si misma. El amor nunca puede estar basado en la mentira, y bajo ninguna circunstancia es aceptable para Dios el mentir.
No es amor…
La lujuria… “Esa persona es la que me aumenta el nivel hormonal.”  “Mientras sea sexy, lo demás no importa tanto”
El sexo… “Yo la amo porque me ella es la que me satisface sexualmente.” 
Idolatría… “El es mi vida” “El es mi amo” “Vivo preocupada pensando que algo le suceda porque no concibo la vida sin él” 
El amor es un regalo, y Dios demostró esto amándonos no solo como somos, sino a pesar de lo que somos. Por tanto, el nos llama a amarnos así los unos a los otros; no solo a los fáciles de amar, sino también a los quebrantados, a los caídos, y hasta nuestros enemigos. Pero como Dios sabe que para nosotros lo que es cómodo y natural es amar al correcto, simpático y educado, el le da a todo creyente una fe que obra mientras ama a todos, incluyendo a los caídos y a los arrogantes (Gálatas 5:6) y el Espíritu Santo, quien es el que produce el fruto de esa clase de amor (Gálatas 5:22)


Por consiguiente, lo que nos resta hacer a nosotros es tener fe y ser llenos del Espíritu. Es decir, confiar en el Señor y rendirnos completamente al Espíritu para que él produzca su fruto...que es el verdadero amor.




Continúa... Parte 3 de 3

martes, 29 de mayo de 2012

Antorchas en medio del glaciar



Hola amigos:
Quise compartir este devocional que mi esposo impartió en nuestra congregación el domingo 27 de mayo, para nuestros hermano(a)s y visitantes de habla hispana. Espero les sea de bendición.


La gloria de Dios
Hay muchas cosas importantes en esta vida, pero hay una que es la primordial, que es nuestra Causa suprema –– Y esa es la gloria de Dios.

El Creador hizo su creación para desplegar su propia gloria por medio de su obra maestra. Esa es la razón por la cual tu y yo hemos sido creados, para glorificar a Dios. Un automóvil, mientras mejor corra, más valioso será porque estará cumpliendo su mejor función para lo que fue construido. Nosotros somos iguales. Solo cuando el glorificar a Dios sea nuestro primer enfoque; entonces estaremos cumpliendo nuestro propósito, y le veremos el verdadero significado y valor a quiénes somos y a todo cuanto nos sucede.

Pero el darle la mayor importancia a la gloria de Dios no viene a nosotros natural. Lo que nos interesa es conseguir nuestra felicidad a toda costa. Obedecer a nuestros deseos es nuestra prioridad. Y no me malinterpreten, nuestra pasión por buscar la felicidad no esta en conflicto con la pasión de Dios por Su gloria. El problema es que buscamos la felicidad en los lugares equivocados, porque somos idólatras por naturaleza. Siempre comenzamos poniendo algo o alguien más en lugar de Dios.


Nos revelamos a la autoridad del Padre porque creemos que podemos arreglárnosla sola. A la medida que vamos creciendo en vía de hacernos adultos, le vamos dando la gloria esa primera importancia a algo o alguien antes que a Dios. Creemos que nuestra felicidad esta en el educarnos bien, o en la persona con quien nos vamos a casar, o en la casa que podemos comprar, o en el éxito que podemos adquirir.

Y cada uno de ellos tarde o temprano nos desilusiona, porque ninguno llena los requisitos que nuestro vacío demanda. La realidad es que cuando Dios es más glorificado, es cuando nosotros buscamos nuestra felicidad en él. Y cuando mas felices somos, es cuando le damos gloria a él.

Es cosa de causa y efecto. ¿No crees tu entonces, que mientras más felices queramos ser, el confiar en Dios y responder en obediencia debería ser el primer objetivo de nuestra vida? Del resto… del cómo, cuándo y porqué de lo que sucede, se encargará El.

Glaciar -
Aunque el lograr eso tiene sus retos. Estamos viviendo en los últimos tiempos; es decir, despues de la ascención del Señor, y dice la Biblia que los tiempos son malos. 


Cuando Jesús estaba enseñando a sus discípulos sobre las señales antes del fin, dijo esto, entre otras cosas: “por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12-14)

Nuestros deseos carnales, la maldad del mundo que nos rodea, y Satanás, siempre estarán compitiendo por el lugar de Dios. Y lo que ocurre es que nuestro amor se enfría, y nuestro corazón se endurece como el hielo. Dejamos de ser sensibles y nos desviamos del propósito de Dios para nuestra vida.

Buenas Nuevas –
Pero como siempre, seguido de la mala noticia de nuestra condición humana, Dios nos trae las buenas nuevas de Salvación. Y en los dos siguiente versículos 13 y 14, Jesús añadió: “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”

Dios, en su Palabra, nos dice que en medio de la apatía, la incredulidad y la frialdad que caracterizan nuestros tiempos, nosotros su iglesia, tenemos el privilegio de vivir con paz y esperanza, y de proclamar a los siete vientos de que Jesús es el responsable de tan grande gozo. Y la razón es el evangelio, por lo que él ya hizo por nosotros en la cruz.

§       Jesús, siendo Dios, nació como uno de nosotros. Por consiguiente, podemos atestiguar en medio de nuestras pruebas, que él comprende nuestros temores, tentaciones, nuestro dolor, nuestros más profundos anhelos y nuestros sueños.

§       Que por Su vida santa y perfecta, Dios esta satisfecho con la nuestra, que es profana e imperfecta. Eso quiere decir que aún con nuestras deficiencias, podemos amarlo y amar a nuestro prójimo libremente… sin temor a ser condenados cuando fallamos.

§       Podemos testificar que porque él murió, nosotros hemos podido morir a nuestra antigua forma de vivir. Su muerte pagó completamente mi deuda con Dios por causa de mis pecados, lo que me permite morir y dejar atrás mi vida pasada y tener un nuevo comienzo con el. Urra!!! Todo creyente es perdonado, aceptado y adoptado por el Creador del Universo. ¿Qué mas podemos pedir?

§       Y porque él vive, pues ha resucitado… nosotros vivimos, resucitaremos y seremos glorificados con él.

§       El Hijo de Dios esta ahora sentado a la derecha del Padre intercediendo por ti y por mi. Tu Salvador está orando por cada uno de nosotros sus hijos.  ¡Nuestro Dios es un Dios Vivo! Gracias a eso podemos acercarnos al trono de su gracia con toda confianza porque entramos en Su nombre. ¡Tenemos un intercesor velando por nuestros intereses!. Podemos tener una relación abierta 24/7 con nuestro Padre celestial. Por nuestra fe en su Hijo, el Padre nos recibe con oídos atentos y brazos abiertos para alimentar nuestras almas, transformar nuestras mentes y encender nuestros corazones. ¡Eso es lo que yo llamo BUENA NOTICIA!

Fuego
El Espíritu de Dios nos invita entonces, a llevar vidas fructíferas con su poder y su amor. Nosotros, aunque vivimos en “la ciudad del sol”, donde las altas temperaturas en ocasiones llegan a ser sofocantes; el calor del sol y la playa no tienen poder para derretir la frialdad tan grande que prevalece en los corazones de su gente. Dios nos llama, a nosotros, su iglesia... sus hijos, a que seamos antorchas de fuego en medio del glaciar en que estamos viviendo. Que los que viven en tinieblas puedan ver que nuestro camino con Cristo, aunque más estrecho y con los mismos retos, es más cálido... más intimo. Pero además es seguro y nos lleva al cielo.

Y...¿Cómo es que podemos hacer eso una realidad?

Pues amando a los difíciles de amar, y perdonando lo que el mundo llama imperdonable. Siendo pacientes con quienes nos sacan de quicio; bondadosos cuando no hace sentido; gozándonos sin envidia cuando el otro tiene éxito y nosotros no… y haciendo la paz donde no parece terminar el conflicto.

¿Qué es difícil?, Dios nunca nos prometió que iba a ser fácil, pero todo lo podemos “en Cristo” que nos fortalece.

Si realmente entendemos el evangelio de la gracia, rendimos nuestra voluntad y confiamos –– Dios se lo ha ganado ––  el amor de Cristo en nosotros es lo suficientemente cálido como para derretir los corazones de hielo alrededor nuestro, y podremos ser usados por el Creador del universo, mientras el lleva a cabo Su plan perfecto. 

Oración:

Padre amado,

Gracias por tu presencia en nuestras vidas. Te exaltamos por tu bondad, grandeza y poder. El darle honor a tu nombre y vivir para tu gloria es prioridad en nuestras vidas para muchos de nosotros, aunque confesamos que nuestro pecado en ocasiones nubla nuestro enfoque.

Te pedimos que en tu gracia Señor, obres en los corazones de aquellos que aun no te conocen. Nos duele la incredulidad y la indiferencia hacia ti que prevalece, sobretodo en aquellos a quienes amamos. No permitas que nuestro amor por ti y por tu pueblo se enfríe, y haz de nosotros verdaderos adoradores en espíritu y en verdad. Ayúdanos a que nuestro servicio a ti sea una llama ardiente en medio de la frialdad palpable que reina en esta generación.

Te amamos y bendecimos tu Santo Nombre. Es en Cristo Jesús que oramos siempre. Amen.