viernes, 29 de junio de 2012

Descanso


 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yos haré descansar 
Mateo 11:28.

Hoy, mi familia y yo iniciamos una semana de vacaciones, para lo cual mi esposo rentó un apartamento en la playa. En estos últimos días, en los que he tenido momentos que me he sentido verdaderamente extenuada, una estadía de una semana frente al mar suena maravilloso. Me ilusiona en gran manera el ir a descansar.

Para el fin de semana pasado estaba súper entusiasmada, porque se acercaba el momento de un viaje a Orlando que teníamos mi hija y yo. Íbamos a asistir a una conferencia de mujeres, y el pensar en el descanso que iba a disfrutar, me daba fuerzas para continuar con mis quehaceres y todos los pendientes que tenía. Soñaba despierta en coger carretera, y alejarme a “reposar”, desconectarme de Miami, y de la abrumadora rutina diaria. El problema es que lo que menos pudimos hacer fue descansar como yo soñaba. El programa fue mucho mas intenso de lo que nos imaginábamos. Entonces, cuando una regresa y se enfrenta a los mismos ajetreos diarios, la frustración y el descontento se presentan como visitas que llegan sin que nadie las invite.

Pero esta vez, Dios se ocupó de recordarme donde y como encontrar ese descanso que tanto deseo, busco y espero. Veo las palabras de Jesús que dicen: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”

Estoy consiente de que debo poner atención tanto a mi fatiga física como a la espiritual. Yo creo que van mano a mano. Por lo general, cuando nos agotamos físicamente es porque estamos haciendo mas de lo que Dios nos esta pidiendo; llevando cargas que no nos pertenecen; o las que debemos llevar, lo estamos haciendo en nuestras propias fuerzas. ¿La raíz del porque tenemos la necesidad de probarnos con nuestra actuación y rendimiento? Es la falta de fe. El evangelio nos dice que solo el Hijo (Jesús) satisface al Padre; así es que a Dios no lo podemos impresionar. Y si nuestro afán es para agradarnos a nosotros mismos y sentirnos grande o importante, o para impresionar a alguien mas (aún para nuestros esposos y nuestros hijos), eso es idolatría. Debemos agradar a Dios antes que a los hombres, y sin fe no podemos agradarle (Hebreos 11:6).

Yo me alegro de haber leído ese versículo antes de irme a la playa. De esa forma no tendré falsas expectativas, esperando que unos días en otra casa con una vista diferente, me de lo que solo Jesucristo puede darme. En la promesa de que en él encontraré descanso, ahora puedo intencionalmente buscarle durante mis vacaciones. Después de todo, él es Señor del día de reposo (Mateo 12:8  Lucas 6:5). Para eso el fue a la cruz, para proveer a los creyentes el descanso que necesitamos (Hebreos 4). En Cristo, he sido aceptada por Dios, no en base a mi propio rendimiento, sino en base al perfecto rendimiento de Jesús.

Mientras me deleito y descanso en la presencia de mi Salvador, y escucho su dulce voz por medio de su Palabra, trataré de disfrutar durante esta semana de cada momento como venga. No demandaré de mis vacaciones lo que yo se que no me pueden dar. Pienso gozarme en la compañía de mi familia, aún cuando se presenten intersecciones inesperadas. Trataré de aprovechar al máximo la estupenda vista de nuestro balcón. Durante los paseos mañaneros por la blanca arena, mientras la cálida brisa y las tibias olas acarician nuestros cuerpos, podré recordar que la tierra fue afectada por la caída, pero no destruida. Y cada vez que mis ojos se encuentren con el majestuoso mar, será una oportunidad para alabar al Creador y conservador de su creación. Descansaré libremente en mi Señor, quien tiene cuidado de mi.

 Salmo 148:4-14
Alabadle, cielos de los cielos,
Y las aguas que están sobre los cielos.
Alaben el nombre de Jehová;
Porque él mandó, y fueron creados.
Los hizo ser eternamente y para siempre;
Les puso ley que no será quebrantada.
Alabad a Jehová desde la tierra,
Los monstruos marinos y todos los abismos;
El fuego y el granizo, la nieve y el vapor,
El viento de tempestad que ejecuta su palabra;
Los montes y todos los collados,
El árbol de fruto y todos los cedros;
10 La bestia y todo animal,
Reptiles y volátiles;
11 Los reyes de la tierra y todos los pueblos,
Los príncipes y todos los jueces de la tierra;
12 Los jóvenes y también las doncellas,
Los ancianos y los niños.
13 Alaben el nombre de Jehová,
Porque sólo su nombre es enaltecido.
Su gloria es sobre tierra y cielos.
14 El ha exaltado el poderío de su pueblo;
Alábenle todos sus santos, los hijos de Israel,
El pueblo a él cercano.
Aleluya.

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