viernes, 11 de mayo de 2012

Un nuevo nacimiento

Mi testimonio - Parte 2
"Respondió Jesús y le dijo: De cierto de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo no puede ver el Reino de Dios." Juan 3:3   
Me encanta tener el privilegio de abrir la Biblia todos los días y poder entender y declarar su verdad. Es increíble como el predicar el evangelio se ha convertido en mi mayor deleite. Pero hoy, lo que deseo es compartirte el momento que determinó ser el punto de partida para que yo pasara de ser una "criatura de Dios" a una "hija de Dios".
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" Juan 1:12
Auto-salvación  Unos días atrás, en esta entrada abordé sobre mi forma de pensar en cuanto al pecado, antes de creer en Jesucristo como mi Señor y Salvador. En ella hago referencia a que todos tenemos nuestro propio sistema de auto-salvación, y que el mío era mi propia bondad.  Me consideraba lo suficientemente buena, y por lo tanto, creía merecerme el favor de Dios.


Después de la caída de Adán y Eva, todos nosotros en un punto de nuestra vida empezamos a creer que tenemos la libertad de escoger como llegamos a Dios, no sabiendo que es Dios quien llega a nosotros y nos visita para redimirnos. Un ejemplo de esto es la construcción de la Torre de Babel. Los habitantes de la tierra se dijeron unos a otros: "Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo..." (Ver Génesis 11:1-9), Pero Dios, que los había mandado a esparcirse, no a tratar de llegar a El, descendió y les dio diferentes lenguas obligándolos a dispersarse. El siempre tiene la primera y la última palabra.

Idolatría  |  Yo también creía tener mi propia fórmula de llegar al cielo. Era de las que pensaba "YO creo en Dios a mi manera" "YO soy buena esposa, buena madre, buena empleada, buena ciudadana, buena amiga." Como tenía mi propio estándar (sin contar con que las intensiones de mi corazón no eran siempre buenas), me sentía con el derecho de amar, creer y obedecer a la idea del dios que se me antojara.  En otras palabras... YO misma me hacía justa ante Dios...no Jesús. YO era mi propio salvador, y eso es idolatría, porque me ponía YO en el lugar de Dios.


La Biblia nos dice que el pecado, en cualquier forma que se manifieste y a cualquier grado, debe pagarse con la muerte  (Romanos 6:23). Por consiguiente, como pecadora que soy, la muerte es lo que merezco. Debía entender que mi gran problema era que había nacido para amar, honrar y adorar al Creador, y no lo hacía. Y si no cumplimos nuestro propósito para el cual hemos sido creados, entonces no merecemos vivir es tan simple como eso... y por supuesto, yo no era la excepción.


Nuevo nacimiento   |  Sin embargo, Dios me amó tanto, que a pesar de mi dolorosa realidad me obsequió su regalo mas costoso. El envió a Jesús para que su perfección pagara por mi imperfección, y yo pudiese tener vida eterna por medio de su sacrificio. Dios estaba a punto de darme un nuevo nacimiento espiritual, con un nuevo corazón, un nuevo espíritu, un nuevo temor, y una nueva fe para creer y confiar en su Hijo. Así de grande es su amor por mi.
"Porque de tal manera amó Dios a Andreína, que ha dado a su Hijo unigénito, para que ella al creer no se pierda, mas tenga vida eterna. De Juan 3:16
Llegado el momento, entendí que era mas pecadora de lo que pensaba, sin embargo, había sido amada por Dios mas de lo que podía imaginar. Y unas semanas después que pastor Willie empezara a visitarnos, explicándonos con fidelidad las buenas nuevas del evangelio, decidí recibir el regalo de mi CreadorEl perdón de todos mis pecadosy confesar a Jesucristo como mi Salvador. Recuerdo que el pastor me dijo algo así:
"Andreina, estas manchada porque eres imperfecta y corrupta, pero Dios te amó tanto que no desea dejarte en este estado, sino que gustosamente esta dispuesto a redimirte y transformarte. Tu naturaleza pecaminosa te hace enemiga de Dios y separada de el, pero el quiere adoptarte como hija suya, y que tu le ames con todo tu corazón y todo tu ser"  
Con mi nuevo corazón, mis oídos se habían hecho sensibles al mundo espiritual. Y al escuchar la gran noticia del evangelio, de que Dios me buscaba para tener una relación de Padre-hija, me fue imposible rechazar tan amorosa oferta. En la intimidad de mi hogar, confesé con mis propias palabras mi bancarrota espiritual—que estaba en deuda con Diosy a la vez expresé en voz alta la fe que brotaba de mi corazón. Yo creí que Jesús era mi único recurso para llegar a Dios, y que solo por su muerte y su resurrección mi deuda con Dios podía ser saldada. 


Es mi convicción que esa noche nací de nuevo. Mi esposo y mis dos hijos también confesaron creer en el Señor Jesucristo.  Había pasado de muerte a vida por la obra de Jesús en la cruz y eso me daba el derecho  de llamarme "Cristiana", porque ahora tenía el DNA de Cristo. Aleluya!
"Y él te dio vida cuando estabas muerta en tus delitos y pecados." De Efesios 2:1
El punto de encuentro entre la condenación y la salvación es el arrepentimiento. Yo decidí devolverme del camino hacia donde iba, que me llevaría a la muerte eterna, para regresar al jardín de Dios, de donde nos alejamos todos. Aunque en ese momento no podía llegar a comprender lo profundo de esa realidad, supe que Dios me había amado, y perdonado.  En mi navegar por la vida había estado manejando mi propio bote, porque Dios es un caballero y no se me iba a imponer, pero había llegado el momento de entregarle el timón. Yo no tenía idea como iba a ser el nuevo panorama por donde empezaba a navegar, pero estaba dispuesta a confiar en Dios y a someterme a Dios.
"Es pues, la fe la certeza de lo que se espera (confianza), la convicción de lo que no se ve (sometimiento)." Hebreos 11:1
Celebración   |  Lo que sucedió en los lugares celestiales esa noche fue el Gran Milagro de mi vida. Dios había planeado mi nacimiento espiritual de la misma forma que planeó mi nacimiento natural. Ese día, mi nuevo corazón apenas empezaba a latir y estaba tranquilo esperando su cálido alimento... la leche no adulterada de la Palabra de Dios. Pero en el cielo la cosa era diferente; allá estaban de fiesta. Los ángeles celebraban una nueva alma arrepentida, y Dios una nueva vida para su Hijo Jesucristo.
"Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente" Lucas 15:10 


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