domingo, 16 de septiembre de 2012

Embajadores en medio de la turbulencia



"Así que, somos embajadores en nombre de Cristo..." (2 Corintios 5:20)

Después de un tiempo de ausencia aquí en mi blog, estaba súper deseosa de retomarlo para escribir y compartir lo que el Señor continúa haciendo en mi vida. Gracias por tu visita.

Unas semanas atrás, la líder del "Ministerio De Mujeres En Prisión" de la iglesia donde mi familia y yo nos congregamos, me llamó para pedirme que compartiera un devocional corto durante una reunión que teníamos de dicho ministerio. Al día siguiente, mientras pasaba tiempo con el Señor, leyendo en 1 Corintios 5, me llamó la atención la palabra "embajadores". Esto quizás porque días atrás, me había encontrado con una compañera de la escuela primaria, y quien es hija de un ex-embajador de Chile en mi país. 


Con las vivencias de mi niñez a flor de piel, y después de reflexionar sobre que tan similar eran los papeles de un embajador terrenal y un embajador de Cristo, consideré apropiado el hacer un paralelo entre los dos, y esto es parte de lo que compartí en la reunión.


(Ellos) Embajadores terrenales y (Nosotros) embajadores de Cristo

1.  Ellos son elegidos por un líder del gobierno y llamados a hacer brillar a su país. 

1.  Nosotros somos elegidos por Dios y llamados a brillar para invitar al Reino de Dios. 


2.  Ellos representan a su país y a su líder.

2.  Nosotros representamos a nuestra ciudad y al Rey que gobierna nuestras vidas. 

3.  Ellos se rigen bajo las leyes establecidas del país al cual están representando.

3.  Nosotros nos regimos bajo las leyes establecidas del Reino de Dios.


4.  Ellos son ciudadanos del país que representan, no del país donde están.

4.  Nuestra ciudadanía esta en los cielos, no es terrenal. 


5.  Ellos ven sus vidas bajo una perspectiva del lugar de donde vienen.

5.  Nosotros vivimos bajo una perspectiva de la eternidad, el lugar hacia donde vamos.


6.  Ellos se mantienen bien informados sobre todo lo que tienen que ver con el gobierno y          su pueblo. 

6.  Nosotros nos mantenemos bien informados sobre el Reino de Dios y Su pueblo.


7.  Ellos como embajadores tienen acceso a una porción de las riquezas de país.

7.  Nosotros como embajadores e hijos somos coherederos de la herencia con Cristo.


8.  Ellos gozan de inmunidad diplomática.

8.  Nosotros gozamos de inmunidad espiritual. No hay condenación para los embajadores de Cristo.


9.  De ellos se espera un alto grado de diplomacia, generosidad y compasión en tiempo de conflicto y necesidad en el país donde están.

9.  De nosotros se espera un alto grado de gracia, amor y compasión donde quiera que estemos.


10. Ellos son llamados a reflejar la belleza de su país con el propósito de invitar al resto del mundo.

10. Nosotros estamos llamados a reflejar el carácter de Cristo, con el propósito de invitar al mundo a que entren en el Reino de Dios.

Dias después, escuchamos sobre la triste noticia de que el embajador de Estados Unidos en Libia, Chris Stevens, había sido golpeado y asesinado junto a tres personas mas que también trabajaban en la embajada. En seguida me pude dar cuenta, que en mi devocional me había faltado un detalle de suma importancia. Igual que los embajadores terrenales, los embajadores de Cristo tambien debemos estar dispuestos a morir mientras servimos. Sin embargo, Dios no nos pide nada que ya su Hijo no haya hecho. El también fue enviado por el Padre a tierra lejana a representar a su país celestial. Y mas aún, ya destinado a ser sacrificado en un madero por los mismos a quienes él habría de salvar. 

Galilea, fue la ciudad que vio nacer el ministerio terrenal de Jesús, nuestro Gran Embajador. En ella, al igual que Libia, lo que menos reinaba era la tranquilidad. Entre las ciudades de la región existían recelos y desconfianza, y cuando Jesús llegó anunciando que "el Reino de Dios" había llegado, su mensaje no fue recibido como "buenas noticias". Sus ideas eran revolucionarias, pero un tanto inusuales y comprometedoras. El ancla que le daba validez a su mensaje eran actos de amor y manos sanadoras. El levantaba paralíticos y le daba la vista a los ciegos. Calmaba tormentas solo con decir "calla, enmudece", y alimentaba a miles con unos cuantos panes y peces. Sacaba fuera demonios; y en sus batallas, usaba a la perfección su armadura. Su mensaje siempre fue claro: No hay otro Rey ni otra forma de obtener vida fuera de él. La batalla que se libra en su Reino es por la sanidad y la liberación del alma. Las armas principales son la oración y el ayuno; y su agenda es la verdad, la fe y el amor.

Hoy, el Gran Embajador nos ha llamado a seguir su tarea, mientras él sigue ganando influencia. La comisión para sus discípulos: Ser embajadores en medio de la turbulencia.  La misión es llevar la luz de su Reino a toda criatura que se encuentre en tinieblas; pelear su batalla con sus armas y su agenda; y compartir su amor con palabras y hechos, para que el mundo sepa que Jesús es el Rey verdadero, Dador de gracia, Gobernador y Juez de la tierra. 







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