viernes, 19 de junio de 2015

La fuente de la eterna juventud



"En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Gn 1:1)
"Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho" (Sal 115:3)        
               "Nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda                 iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras" (Tito 2:13b-14)

En Octubre del 2013, CNN EN ESPAÑOL publicó un artículo en el que anunciaba el lanzamiento de una nueva empresa de Google llamada Calico, que tiene el objetivo de combatir el envejecimiento y de alargar la vida... y ¿porqué no? quizás hasta de encontrar finalmente "la fuente de la juventud".

Cuando leí ese artículo, me puse a pensar que durante la historia de la humanidad ―para ser exacta, desde que Adán y Eva perdieron el derecho de ser eternamente jóvenes, arrastrando al resto de nosotros con ellos los seres humanos hemos tratado por todos los medios de no envejecer, y el temor a la muerte es mas común de lo que realmente admitimos. La evidencia la podemos ver hoy en el fanatismo de nuestra sociedad acerca del mantenimiento físico (fitness); el deseo obsesivo de obtener la belleza de la juventud por resistencia a la vejez; y la alarmante preocupación de todo lo que es estético, lo que ha dado como resultado una cantidad descomunal de cirugías plásticas en todo el mundo.

Lo triste de esto es que todos sabemos que, por mucho que tratemos de lucir jóvenes, y por mas que la ciencia avance, el funcionamiento de nuestros órganos va en decadencia. Al pasar de los años, las neuronas de nuestro cerebro están disminuyendo cada día; la visión 20/20 empieza a deteriorarse; nuestra digestión se va haciendo problemática; y nuestra agilidad para movernos, poco a poco se hace lenta y torpe. 

Entonces, si sabemos perfectamente bien la inevitable trayectoria de nuestros cuerpos mortales, ¿qué es en realidad lo que nos produce esa ansiedad?

Yo propongo algunas razones como por ejemplo: 

  • No fuimos creados para morir; el plan inicial era que viviésemos bajo el cuidado y la protección del Creador, disfrutando de su presencia eternamente (Gn 2). Por consiguiente, nunca podremos ver la muerte como algo natural, ni la vejez, porque es la anunciante de ella. 
  • Dios puso eternidad en nuestros corazones, y por eso nos aferramos a la vida (Ecl 3:11).
  • El pensar que vamos a ser juzgados por nuestro Hacedor, sabiendo que somos incrédulos, idólatras, y desobedientes nos aterra (Heb 10:27-31)
  • Pero yo pienso que la razón fundamental es nuestra falsa noción de Dios. El conocer al Rey y Señor del universo, es lo que determina no solamente como respondemos a la realidad del fin de nuestros días, sino también a las circunstancias, buenas y malas, que se nos presenten en la vida.  
Ahora la pregunta del siglo es: ¿Cómo empezar a conocer a ese Dios?  ¿Cómo creerle a un ser que es Espíritu, y que por lo tanto no podemos ver

En el libro de los Hechos, hay un pasaje en el capítulo 17 en el que el apóstol Pablo muestra los tres rasgos fundamentales que el Dios de la Biblia ha revelado de sí mismo. Es decir, Pablo dice que si has de creer en el único y verdadero Dios, estos son los tres primeros atributos que has de conocer de él:
  • Dios es creador él fue quien hizo al mundo y todo lo que vemos (v.24-25). 
  • Dios es soberano él gobierna su universo, y tiene todo bajo su control desde el pasado eterno (v.26). 
  • Dios es redentor él envió a su Hijo para salvarnos de su ira, y para darnos fe y una esperanza viva (v.31). 

El Dios Creador, entonces, es poderoso, eterno, omnipresente, y suficiente. El toma la iniciativa de dar la vida, y eso le otorga el derecho de quitarla. 
El Dios Soberano es quien decreta y gobierna todas las cosas porque es supremo en santidad y sabiduría. Él es perfecto y justo, aún en su ira; por eso es el Juez de la tierra, quien ha establecido la perfecta justicia. El es lo suficientemente sabio para establecer los límites y las condiciones de nuestros días.
El Dios Redentor, es amor, misericordia, bondad, paciencia, y fidelidad. Su favor, que no merecemos, es lo que nos sirve de consuelo y aliento para enfrentar el dolor de la aflicción; y sus promesas, para darnos esperanza cada día.

Amiga, si has creído en el Dios verdadero, o crees en este momento en el Dios creador, soberano, y redentor de la Biblia, no tienes que esperar a que alguien encuentre "la fuente de la juventud". Tu Dios es la fuente; él es eterno, te ha dado vida eterna y le perteneces. 

Si, es cierto que nuestro cuerpo físico se está debilitando; y que un día, inesperadamente dejaremos a los nuestros que tanto amamos. Pero gracias a que Jesús, siendo el Dios eterno nos amó, y pasó por el dolor de la muerte y separación de su Padre; tu y yo, ahora tenemos la esperanza de vivir una vida eterna y perfecta, sin el deterioro de la vejez y sin la interrupción de la muerte. No más dolor ni lágrimas, no más injusticias ni enfermedades!  

Amada hermana, no hay que temer. La vida que Dios ha prometido a sus hijos es una, donde el mañana será mas glorioso que el hoy, porque él es la fuente de gloria, eternidad, y esplendor.    

"Por tanto, no desmayemos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez mas excelente y eterno peso de gloria". (2 Cor 4:16-17)

Andreina Lopez