lunes, 9 de abril de 2012

Mi Padre y Salvador




 El niño del pesebre, hoy es mi Padre y Salvador,
Que me ha dado su perdón
y me ama eternamente  
 Pues desde antes de la fundación del mundo,
Ya El me había concebido en su mente.


 Un Padre que sana mis heridas,
Sean grandes o sean chicas.
Que sabe lo que anhelo, lo que necesito y lo que sueño;
Y quién en su perfecta sabiduría,
Siempre me ha dado lo que para mi es bueno.


            Un Padre que sabe que vivo en un mundo caído,
                                              Que seré tentada en muchas áreas y muchas veces;                                    
Y que con mis propias fuerzas no podría estar firme ni sostenerme.
Pero El mismo es quien me dice
“Recuerda hija mía, que todo lo puedes en Cristo, que te fortalece”.


Un Padre que me transforma,
Y me ha dado un corazón nuevo.
Y aunque con mis ojos carnales a El no le veo;
Me ha dado su Espíritu, que me enseña Su verdad,
Me da seguridad y me guía por el buen sendero.


Un Padre que me ha contado Su gran historia redentora,
 Su testimonio fiel,
Su puro precepto, y Su perfecta Ley.
Que me revela Su carácter con ejemplos de vidas como las de Samuel,
Ester o David, el dulce cantor de Israel.


Un Padre que sabe que soy una oveja torpe,
Presa fácil y temerosa.
Que conoce mis temores, mis luchas y mis derrotas.
 Pero El es mi Buen Pastor, y nada me faltará;
En lugares de delicados pastos, El me hará descansar.


Un Padre que me defiende y me libra de mis enemigos,
Que me advierte de los mentirosos, manipuladores
De los avaros y de los atrevidos
“Mía es la venganza” El me susurra al oído.
“No pagues mal por mal, que Yo soy el Juez de la tierra, que juzgo a los transgresores.”


Un Padre que con Su amor y Sus “Buenas Nuevas”
Me motiva a la obediencia.
Que me enseña, me corrige, me limpia y me disciplina;
Produciendo en mí fruto de labios
Y fruto apacible de justicia.


 Un Padre que es un Dios celoso y vengador,
Que los montes tiemblan delante de El;
Tardo para la ira y grande en poder.
Pero es Jehová bueno, Rey Supremo y Sustentador;
Grande en misericordia que conoce los que confían en El.


Un Padre que siempre cumple sus promesas,
Para que los que en El creen
Tengan esperanza de vida eterna.
Aquellos que disfrutarán eternamente de Su majestuosa presencia
Donde el mismo Cordero será la Gran Lumbrera.


Un Padre que me dice “No temas, no desmayes, espera en mi y confia.
  Tu dolor no me es ajeno,
Está latente aún la cruz, el rechazo, y la ira.
Pero Yo soy el Alto y el Sublime, estoy atento hija mía;
Tu alegría y tu gozo son ahora mi delicia.”
“Con mi sangre te he comprado,
                            Yo siempre te responderé y seré tu guía.                             
 Medita en Mi Palabra y aférrate a Mi verdad,
Que el temor de Jehová
 Es el principio de la sabiduría.”


Mi vida es ahora una aventura,
Sin ansiedades ni temores,
Pues tú Padre me suples
Para mis necesidades y mis errores.
Eres mi deleite,
  Mi sabiduría y mi paz 
Me has hecho valiente, me has dado dones,
Y vivo apasionada por tu Verdad.


OH Jesús, Cristo Redentor
¡Cuán bendecida soy por Tu gracia y por Tu amor!
Tú me haz traído de las tinieblas a la luz, y de la muerte a la vida;
Tu eres el gran “YO SOY”,  El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob,
Mil Gracias te doy, porque eres ahora también… “el Dios de Andreína”.

Andreina Lopez


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