Que me
ha dado su perdón
y me ama eternamente
Pues desde antes de la fundación del mundo,
Ya El
me había concebido en su mente.
Sean
grandes o sean chicas.
Que
sabe lo que anhelo, lo que
necesito y lo que sueño;
Y quién
en su perfecta sabiduría,
Siempre
me ha dado lo que para mi es bueno.
Un Padre que sabe que vivo en un
mundo caído,
Que seré
tentada en muchas áreas y muchas veces;
Y que con
mis propias fuerzas no podría estar firme ni sostenerme.
Pero El
mismo es quien me dice
“Recuerda
hija mía, que todo lo puedes en Cristo, que te fortalece”.
Un
Padre que me transforma,
Y me ha dado un corazón nuevo.
Y
aunque con mis ojos carnales a El no le veo;
Me ha
dado su Espíritu, que me enseña Su verdad,
Me da
seguridad y me guía por el buen sendero.
Un
Padre que me ha contado Su gran historia redentora,
Su testimonio fiel,
Su puro
precepto, y Su perfecta Ley.
Que me
revela Su carácter con ejemplos de vidas como las de Samuel,
Ester
o David, el dulce cantor de Israel.
Un
Padre que sabe que soy una oveja torpe,
Presa fácil
y temerosa.
Que conoce
mis temores, mis luchas y mis derrotas.
Pero El es mi Buen Pastor, y nada me faltará;
En lugares
de delicados pastos, El me hará descansar.
Un
Padre que me defiende y me libra de mis enemigos,
Que me
advierte de los mentirosos, manipuladores
De los
avaros y de los atrevidos
“Mía es
la venganza” El me susurra al oído.
“No
pagues mal por mal, que Yo soy el Juez de la tierra, que juzgo a los
transgresores.”
Un Padre
que con Su amor y Sus “Buenas Nuevas”
Me
motiva a la obediencia.
Que me
enseña, me corrige, me limpia y me disciplina;
Produciendo
en mí fruto de labios
Y fruto
apacible de justicia.
Que los
montes tiemblan delante de El;
Tardo
para la ira y grande en poder.
Pero es
Jehová bueno, Rey Supremo y Sustentador;
Grande
en misericordia que conoce los que confían en El.
Un
Padre que siempre cumple sus promesas,
Para
que los que en El creen
Tengan
esperanza de vida eterna.
Aquellos
que disfrutarán eternamente de Su majestuosa presencia
Donde el
mismo Cordero será la Gran Lumbrera.
Tu dolor no me
es ajeno,
Está
latente aún la cruz, el rechazo, y la ira.
Pero Yo
soy el Alto y el Sublime, estoy atento hija mía;
Tu alegría
y tu gozo son ahora mi delicia.”
Yo
siempre te responderé y seré tu guía.
Medita en Mi Palabra y aférrate a Mi verdad,
Que el
temor de Jehová
Es el principio de la sabiduría.”
Mi vida
es ahora una aventura,
Sin
ansiedades ni temores,
Pues tú
Padre me suples
Para
mis necesidades y mis errores.
Eres mi
deleite,
Mi
sabiduría y mi paz
Me has hecho valiente,
me has dado dones,
Y vivo
apasionada por tu Verdad.
OH Jesús,
Cristo Redentor
¡Cuán
bendecida soy por Tu gracia y por Tu amor!
Tú me
haz traído de las tinieblas a la luz, y de la
muerte a la vida;
Tu eres
el gran “YO SOY”, El Dios
de Abrahán, de Isaac y de Jacob,
Mil
Gracias te doy, porque eres ahora también… “el Dios de Andreína”.
Andreina
Lopez
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